Por Alina Guede Rojas
La Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América –ALBA—surgió hace cinco años integrada por países de nuestro continente como forma de lucha contra la fracasada iniciativa estadounidense denominada Area de Libre Comercio de América (ALCA), cuyo objetivo era beneficiarse a través de sus empresas privadas de los recursos naturales y servicios básicos de las naciones de América Latina.
En tan solo cinco años, Cuba y Venezuela, naciones fundadoras del ALBA, han visto como otras siete se han sumado a su proyecto integrador. Bolivia fue la siguiente y más tarde lo hicieron Nicaragua, Honduras Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, y Ecuador.
El fortalecimiento de esa alianza entre pueblos y gobiernos, cuyas prioridades son los intereses nacionales enmarcados en la solidaridad y soberanía, más el surgimiento de liderazgos populares en la región, constituyen motivo de preocupación para la política de dominio de Estados Unidos. Y es válida la inquietud, porque uno de los retos fundamentales de esa asociación integradora es enfrentar la intención hegemónica del imperialismo.
El ALBA es el intercambio a través de acuerdos como los de PETROCARIBE, PETROSUR y el Banco del Sur, por citar algunos.
La participación de Cuba ha sido determinante, pues junto con Venezuela inició este compromiso en beneficio de los pueblos involucrados, compromiso que va más allá del comercio y abarca esferas como la educación, cultura, deporte y formación de personal, elementos necesarios para el desarrollo de nuestros países
Contrariamente a los acuerdos de libre comercio, propone una cooperación de contenido social para contribuir a la disminución de las desigualdades.
Cuba en el ALBA
Como parte de de ese proyecto integracionista creado hace un lustro por Fidel Castro y Hugo Chávez, se han desarrollado numerosos programas en beneficio de las poblaciones del área, y en particular de sus nueve naciones miembros.
Se cuentan entre sus principales logros la erradicación del analfabetismo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, el desarrollo de los programas Barrio Adentro que han permitido salvar decenas de miles de vidas, además de que un millón de latinoamericanos y caribeños recuperaron la visión.
En estos cinco años, más de 32 mil trabajadores cubanos de la salud se han convertido en vencedores de la muerte, como los calificara el líder de la Revolución Cubana en alusión a la noble misión de llegar a cada rincón de la selva, de la montaña y de los barrios marginales en las urbes.
La mayor de Las Antillas no solo ha enviado médicos, especialistas y enfermeros a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otras tantas naciones no solo integrantes de ese bloque. También ha propiciado la formación del personal de salud de tales países.
Proyectos como el ALBA Energético han tenido como base la Revolución Energética de la Isla y servido para llevar adelante en la región útiles iniciativas.
La condena al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba en la Cumbre de las Américas en Portugal, la eliminación de las injustas sanciones contra nuestra nación en la OEA y el rechazo al golpe de estado en Honduras, expresan la influencia que en la política internacional ha logrado el ALBA.
La VIII Cumbre en Ciudad de La Habana
Con la presencia de mandatarios y altos funcionarios de los nueve países miembros concluirá este lunes en Ciudad de La Habana la VIII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
Venezuela y Cuba, los fundadores, y Nicaragua, Ecuador, Bolivia, la mancomunidad de Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda se reúnen para celebrar el aniversario de ese mecanismo de integración económica, política y social, y trazar nuevas y mayores pautas.
El presidente Raúl Castro, al inaugurar la importante cita la calificó como "evento trascendental para la vida de nuestros pueblos y el ejemplo principal de nuestros sueños de integración latinoamericana y caribeña".
A este encuentro que tendrá lugar hasta mañana lunes en el Palacio de las Convenciones de La Habana, se llega con múltiples logros económicos y sociales. Sin embargo aún queda mucho por hacer. En aras de ese objetivo se pronunciarán los asistentes a la VIII Cumbre.
